(La imagen pertenece a www.psicologiaenelbolsillo.com)
El texto que traigo aquí hoy pertenece a la revista semanal española Pronto, que lleva aportándome dosis de sabiduría semanalmente desde hace varios años con una sección muy acorde a lo que entiendo yo como literatura de autoayuda. No he podido resistirme a transcribirlo y he intentado adaptarlo en la medida de lo posible al estilo de este blog. Desde aquí, aprovecho para felicitar a sus autores y darles las gracias por su trabajo.
<<Según señalan los expertos, una de cada cinco personas es altamente sensible. Esta característica de la personalidad no tiene por qué ser negativa. Si se sabe gestionar, la persona puede convertirse en alguien receptivo, que vive con los brazos abiertos al mundo, con una gran sensibilidad artística y una excelente capacidad para disfrutar la vida al máximo.
ASUMIRLO ES EL PRIMER PASO
Una persona se clasifica como altamente sensible cuando reúne estas peculiaridades:
- Su mente no descansa: tiende a fijarse en los detalles y procesa la información que recibe profundamente. Reflexiona mucho sobre los temas en general y suele dar vueltas a las cosas para comprenderlas mejor.
- El exceso de estímulos le satura: se siente fácilmente abrumado/a cuando debe procesar mucha información a la vez: si tiene varios frentes abiertos, sufre un pico alto de trabajo, hay mucha gente hablando o moviéndose al mismo tiempo, demasiado ruido, etc.
- Son todo emoción. Las personas altamente sensibles son muy profundas y se conmueven con suma facilidad. Para bien y para mal, su manera de experimentar la felicidad, la tristeza, la alegría, la injusticia, la decepción, el placer, etc. es intensa.
- En estado de sobrealerta. Su sensibilidad está tan desarrollada que captan con habilidad los pequeños detalles: sutiles cambios en el entorno, variaciones en el estado de ánimo de las personas, etc. son capaces de sentir en su propia piel las emociones de los demás, como si las estuvieran experimentando ellos/as mismos/as.
¿A qué se debe?
La explicación científica que dan los especialistas es que el hemisferio derecho de las personas altamente sensibles, la zona relacionada con las emociones, los sentimientos y la creatividad, está más activo.
CANALIZAR LOS ESTÍMULOS
Para vivir este rasgo de la personalidad sin sentirse expuesto/a y vulnerable, se debe:
- Sintonizar la frecuencia adecuada. Tienen una excelente antena receptora, pero deben saber hacia dónde enfocarla para recibir “buenas ondas”. Si se saturan con una frecuencia, deben sintonizar otra. Eso significa centrar la atención en otros asuntos o personas.
- Sentirse útil. Al igual que quien es inquieto debe buscarse tareas que le mantengan entretenido/a, las personas altamente sensibles necesitan sentirse útiles. Su capacidad de entrega es muy alta, pero tienen que ser selectivos/as: buscar personas que sean merecedoras de su apoyo e involucración. Si no se sienten valorados/as o gratificados/as, deben establecer límites y aprender a decir “no”.
- Buscar la intención positiva. A veces, la mente hace interpretaciones negativas –“lo ha hecho adrede”, “seguro que eso iba por mí”, etc.-, que no siempre se ajustan a la verdad. Las personas altamente sensibles deben bajar el nivel de susceptibilidad concediendo el beneficio de la deuda. Si cuesta, deben poner freno a pensamientos con frases relativizadoras: “sus razones tendrá”, “no es tan importante, para qué darle más vueltas”, etc.
- Fuerzas en equilibrio. “Somos más sensibles a los males que aquejan a este mundo que a los bienes que lo adornan”, decía la reina Cristina de Suecia. Hay que ser consciente de esta tendencia tan humana para no dejarse arrastrar por los contratiempos. Si es necesario, no deben entrar en conversaciones catastrofistas y limitar su exposición a las noticias alarmantes.
ENCAUZAR LA CREATIVIDAD
Un gran número de personas sensibles tienen talento artístico. Sensibilidad y creatividad siempre han ido de la mano.
- Hay que sacar la vena artística. Explorar, captar, transmitir… Seguro que hay algo que a las personas altamente sensibles les emociona y que querrían compartir a través de la fotografía, la escritura, etc. ¡Adelante!
- Como terapia. En especial, si estas personas son introvertidas –un 70%de ellas lo son-, el arte puede convertirse en una terapia, una forma de expresar su mundo interior a través de otros lenguajes –danza, música, etc.- e, incluso, de verse reflejados/as en él.
BIEN GESTIONADA, LA SENSIBILIDAD ES UN REGALO
En su libro “El don de la sensibilidad”, la doctora en Psiquiatría Elaine Aron explica que las personas sensibles están dotadas de un radar muy sofisticado, que es capaz de procesar todo lo que llega a sus sentidos de una manera profunda y sutil. “La sensibilidad –afirma Aron- otorga unas cualidades y habilidades especiales”.
- Son empáticos/as. Para poder ponerse en el lugar del otro, se necesita sensibilidad. Esa mayor conciencia que tienen sobre los demás les permite ser comprensivos/as. Saben escuchar, clasificar los hechos, dar consejos, hacer sentir cómoda a la gente, etc. y su entorno lo agradece. El único riesgo es que, al llegar a casa, no sepan desconectar o que dejen sus propias necesidades en un segundo plano. Aprender a decir “hasta aquí” es fundamental.
- Son creativos/as. Han recogido tanta información –sus sentidos están muy despiertos- que disfrutan de una vida interior muy rica. Saben buscar soluciones creativas, se conmueven fácilmente ante las manifestaciones artísticas –cine, pintura, etc.- y viven la vida con plena conciencia y pasión. Muchos de los grandes artistas y pensadores de la historia, hoy en día se clasificarían como personas altamente sensibles.
- Son intuitivos/as. Como captan con rapidez las sutilezas y los pequeños detalles, notan cuándo alguien requiere su ayuda. Esto es perfecto, siempre y cuando no se anticipen a las necesidades de los otros ni vivan los problemas ajenos en primera persona. Deben tomar distancia cuando sientan que se están implicando demasiado.>>